El día que vi a Guillermo Sabariegos en 'Esto es espectáculo', una noche del verano de 2006, en la sala de TV del Euroforum de El Escorial, lloré. Guillermo se entregó. Guillermo era el mejor. Pero finalmente quedó el segundo.
Hasta que le conocí en el estreno de 'Jesucristo Superstar'. Ahora, conectados por las redes sociales del facebook, hemos vuelto a coincidir con motivo del estreno de 'Fiebre del sábado noche' en el Teatro Coluseum.
Si la cara es el espejo del alma, este hombre tiene que ser muy pero que muy bueno. Un ángel. De esos a los que, encantado, hago un hueco en mi vida.