Los hay limitaditos. Los hay plastas. Los hay tirando a impresentables y los hay directamente gilipollas, con perdón. Los hay del montón y los hay en exceso pedantes. Pero de vez en cuando, sólo muy de cuando en cuando, aparecen en nuestras vidas personas como Rafa y Ricardo. Gente humilde de corazón grande.
viernes, 6 de agosto de 2010
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