No puedo con esta manía de convertir las estaciones en aeropuertos.
Llegas a Atocha, intentas salir por la planta baja y te lo prohiben. A dar la vuelta. Y la gente a tragar lo que le echen.
¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
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