lunes, 18 de julio de 2011

OTRA VEZ GABILONDO




Si por mí fuera, volvería a refrescarme cada lunes con el verbo lúcido de Ángel Gabilondo. Esta mañana es posible, gracias a que acude a inaugurar el curso sobre 'Los retos de la Educación en la sociedad del conocimiento'. Haciendo autocrítica. Desdeñando la comodísima postura que adoptan esos que nunca son culpables de nada. Quienes dicen 'pues yo no he sido'. Quienes añaden 'pues no se puede hacer nada'. El Ángel Gabilondo que cuestiona y reinterpreta todos esos mensajes de los que está lleno nuestro lenguaje cotidiano. Como el que cuestiona el exceso de formación, el plus de aprendizaje, que es tanto como si alguien se atreviese a reprender a un ciudadano por tener más salud de la cuenta, de lo estrictamente necesario. Por tantas cosas.

Cuando se dirige a la mesa, y mientras le aguardo sentado desde la fila primera del aula, me da dos palmadas cómplices en el hombro izquierdo a modo de saludo. Le debo resultar muy familiar. Lo es.

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