Reencuentros anuales que no pierden un ápice de su valor, como éste que se produce con Igor, siempre en el fragor de las colas de acreditados antes de cada pase de sección oficial.
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¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
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