Pues mira que yo lo intento. Y ejerzo de sonriente vocacional. Pero aun así reconozco que la gente nos lo pone difícil. Esa gente hostil, tan cabreada siempre.
Yo lo intento, y me va bien. Trato de sonreir a todo y a todos. Y me va bien.
¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
Sin duda Antonio estoy comparto al cien por cien tus pensamientos en cuanto a la sonrisa. Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo bien fuerte