Pero qué serio sale mi David Carrón. Y es que es un torbellino, pura polvorilla. Su cerebro viaja a la velocidad de la luz y en sus ojos se adivina una pequeña parte de esa actividad.
martes, 26 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario