lunes, 30 de abril de 2012
SIGFRIDO
Cabría decir mi querido Sigfrido. Y no exagero. Hay que ver lo que se cuajó en aquel curso de Crítica de Cine en la planta baja de la calle Ollerías. La de gente de primera que hubo allí, que siguen estando, cada cual en lo suyo, tan distintos y tan distantes como pueden serlo un Andrés Villena de un Rafatal. Pero qué grupazo tuve ahí. Ahora que las posibilidades de celebrar cursos y actividades así son casi imposibles, me cabe el honor de haberme nutrido y sorbido los 110 cursos impartidos hasta la fecha como si fuesen el primero y último.
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