Acudo a comer en el Mediterrani de la calle Castaños, a un paso de casa, donde su propietario, Miguel Ángel, me mima. ¿Y si todo este tiempo de austeridad no hubiese estado tan bien? ¿Cómo me habría alimentado, cómo podría alimentarme, si tuviese una nómina en condiciones, no una 'nominitis' (enfermedad crónica consistente en la carencia de nómina durante años y años) desde que cumplí los treinta? Tal vez son preguntas sin respuesta.
sábado, 21 de septiembre de 2013
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