No hay mayor premio que tener buena salud. ¿No dicen eso? Pues yo lo cumplo a rajatabla. Allá desde el año 2000, cuando el sorteo de Navidad, me hago una analítica de sangre y orina, una revisión anual rutinaria. Recojo los resultados para el 5 de enero. Si son buenos, el mejor regalo.
Este año cumplo por noveno año el ritual. El pinchazo es el martes 23, porque para el 22 ya estaba lleno. La recogida de los resultados, invariablemente, en la cita con el médico de cabecera del 5 de enero. "Estás mejor que yo...", me dice Vicente Mas. "Y yo que voy a todo el mundo diciéndole que tengo muchas goteras...", le contesto. Pero nada, ni colesterol ni transaminasas ni nada de nada. Todo en los valores normales.
Este año cumplo por noveno año el ritual. El pinchazo es el martes 23, porque para el 22 ya estaba lleno. La recogida de los resultados, invariablemente, en la cita con el médico de cabecera del 5 de enero. "Estás mejor que yo...", me dice Vicente Mas. "Y yo que voy a todo el mundo diciéndole que tengo muchas goteras...", le contesto. Pero nada, ni colesterol ni transaminasas ni nada de nada. Todo en los valores normales.
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