¿Qué daría yo por trabajar ahí, codo con codo, con los de 'El ojo crítico'? ¿Un dedo? ¿Un brazo? ¿Mi colección de fotos? ¿Cuánto daría por realizar un programa así con un amigo cómplice, al alimón, disfrutando de la vida, ejerciendo de diletante y percibiendo una nominilla encima?
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