No voy a incurrir en el tópico 'cómo pasa el tiempo'. Por un lado está el calendario, que avisa a los obreros que deben llenar de Navidad 'El Corte Inglés'; por otro el de las cosas de palacio, que van despacio, como demuestran esas obras en la plaza del Ayuntamiento de Alicante, que parecen las de El Escorial. Y luego está el ritmo climatológico, que se resiste a traer el frío. Pero lo importante es el tiempo de cada cual, el personal e intransferible.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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