HÉROE

Vamos a provocar un poco.
Sólo llevamos los dos primeros meses del año, y ya he sido capaz de sobrevivir, sano y salvo, moderadamente cuerdo, moderadamente sereno, a nueve domingos.
¡Nueve domingos! Sin novio y sin novia. Sin hijo y sin hija. Sin perro que me ladre. Sin tener que descansar de ningún peso del sábado ni del viernes ni del jueves ni del miércoles. Si acaso, sólo con la impaciencia de pasar página y que llegue el lunes.
Definitivamente, soy un héroe. Un héroe superviviente en toda regla.
Me dicen que me quejo de vicio. Que qué sabré yo de sufrir. Que mire cómo están otros. Haití, este 2010, siempre Haití. Y de Madeira a Chile, que esto es un no parar.
Pero no valen las comparaciones. Porque en los lugares asolados, hay otros ritmos, otras vibraciones. Ante la desgracia, nos crecemos, nos solidarizamos, nos hacemos mejores personas. Sólo hay que ver qué majos somos y qué amable y emotiva y humana, sin redundancia, es la gente en cuanto le toca de cerca y hasta no tan de cerca una tragedia.
Si me comparo en el contexto, veo a unos y a otras, muy ocupados. Mi chico, mi chica, mis comidas con la familia, mis resacas. Enredados en lo suyo. Sin saber lo que es estar expuesto a la corriente.