martes, 14 de septiembre de 2010

PEPA HERNÁNDEZ COMIÉNDOSE LA CORREDERA

Pero cómo me pone la piel de gallina esta mujer. La fiesta en las venas.

3 comentarios:

  1. Antonio, acabo de encontrar tu blog por casualidad y me he llevado la grata sorpresa de ver este post sobre mí.
    Gracias de corazón por tus palabras y por ser siempre tan cariñoso conmigo.
    Me emociona especialmente leerlo ahora, porque va a ser el primer año que no desfile como cabo de mi escuadra, sino como una componente más de Las Alyadidas.
    Los años pasan y una retirada a tiempo es una victoria.
    Gracias por hacerme sentir un poco especial al leer tus palabras.
    Te dejo la dirección de mi blog sobre Las Alyadidas por si te interesa.
    morosycristianosalyadidas.blogspot.com
    Un beso fuerte.

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  2. Antonio,acabo de encontrar tu blog por casualidad y me he llevado la grata sorpresa de leer tus amables palabras sobre mí.
    Me emociona especialmente leerlo ahora, puesto que va a ser el primer año que no desfile como cabo de la escuadra, sino como una componente más de Las Alyadidas.
    Los años pasan y una retirada a tiempo es una victoria.
    Gracias por ser siempre tan amable y cariñoso conmigo y por hacerme sentir un poco especial al leer tus palabras.
    Te dejo la dirección de mi blog sobre Las Alyadidas por si te interesa.
    Un beso fuerte.

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  3. COMO UNA DIOSA

    ANTONIO SEMPERE
    (Artículo publicado en el diario INFORMACIÓN, el 23.05.2013)

    Como si la viera: Pepa Hernández ejerciendo de cabo de la escuadra de Alyadidas, adscrita a la comparsa de "Moros Nuevos" de Villena. Como si la viera, comiéndose la Corredera, transmutándose en una diosa, cada 5 de septiembre, en la sobremesa, sea lunes, miércoles o sábado, no importa el día, acudiendo a la llamada, que cuando el calendario anuncia fiesta no se puede hacer otra cosa que ir a su encuentro.
    Como si la viera. Pepa Hernández imponiendo su poderío y su autoridad a la hora marcada. Con las suyas. Con los suyos. Desde que conquistaron su derecho a formar parte en los desfiles, y vaya si lo conquistaron, no hace tanto tiempo. Me viene a la cabeza la imagen de Pepa ahora que la fiesta vuelve por sus fueros a cada localidad: Alcoy, Bañeres, Onil, Muro, Biar, Petrer, Elda. Imparable. Sin crisis que valgan. Porque la fiesta es espectáculo (con su coste económico, qué duda cabe) pero ante todo es sentimiento, que es gratis, que está a flor de piel, que es completamente democrático porque a todos puede traspasar.
    Como le sucede a Pepa Hernández. Como les sucede a todas las Pepas que en la geografía festera son, y que tan fácilmente se identificarán en mis palabras. Pienso en todas las personas que no son capaces de sentir esto. Que ni siquiera intuyen cuánto significa vivirlo (cuidado que hablo de sentimiento hondo, no de espectáculo). No deja de ser una carencia. A mí me pasa con el fútbol. Ante él, soy como una roca. Ni un segundo de mi vida me ha provocado nada. Nada. Lo que no es óbice para percibir que me estoy perdiendo algo grande. Es normal que vea a Pepa Hernández como una diosa. Ni cien Messis juntos me transmitirían lo que ella me aporta. Litirgia. Belleza. Vida que estalla a borbotones.

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