martes, 5 de abril de 2011

SIGFRIDO


Pero qué pena que los encuentros con Sigfrido se limiten a las idas y venidas al cruzar la plaza de la Merced. Él a sus salas, yo a las mías. Con la de tesoros que tiene este hombre que compartir. Habría que organizar otro curso para hacer terapia. Sin prisas.

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