Y lo he amortizado, primero de todo, combatiendo mi claustrofobia con más espacio (los coches de preferente tienen asientos individuales, sin nadie al lado). Pero hay más:
He desayunado en la Sala Vip de la estación de Alicante.
He acudido pronto, con premeditación.
Con sesenta días de premeditación.
He tomado un capuccino.
Y después un café con leche.
He leído todos los períodicos del día, locales y nacionales.
Y he tomado un zumo de tomate.
Y varias bolsas de frutos secos.
He bebido una botella de agua.
Y me he llevado otra fresquita para el viaje.
Ya a bordo, he recogido 'Publico' (que era el único diario que no estaba en la sala Vip).
Y me han dado de comer, café incluido.
A esto se llama amortizar el viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario