domingo, 30 de mayo de 2010

MILLÁS


Millás no da puntada sin hilo. Siempre abunda en los subtextos. En lo que sucede por debajo, o al otro lado.
Me ocurre una anécdota divertida. Llego a la presentación media hora antes, con ganas de ir al aseo. Cuando llego al lugar, preguntan y me indican que está al fondo a la derecha, como casi en todas partes. Está ocupado. Espero. En esas que sale Juanjo. Se me ha adelantado. Era él quien estaba dentro.

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