Los profiteroles me recuerdan a Oliver. A cuando los compartimos en Santander hace tres veranos. Ahora está en los fiordos, y los como a su salud.
martes, 3 de agosto de 2010
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¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
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