Si impresionante son las seis piezas a cuatro manos de Rachmaninov, no menos terapéutico resulta el 'Libertango' de Piazzola a dos pianos con el que acaban el concierto. El Dúo Grieg, en los exteriores de Palacio, genera una serenidad difícil de explicar. A mi juicio, sobra la megafonía. El ímpetu de este par de virtuosos no necesita amplificación.
miércoles, 17 de agosto de 2011
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