Otro año más, Víctor del Amo al pie del cañón. Solamente por su saludo, por ese 'Bienvenido, Antonio' que me tributa al verme en el Salón de los Espejos, típico exponente de la cortesía vallisoletana, valdría el viaje hasta Pucela.
martes, 25 de octubre de 2011
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