Con Álvaro Pombo es imposible aburrirse. Acude al curso sobre la literatura y los tablets, que dirige Lorenzo Silva. Y recuerda una anécdota memorable: la visita que le hizo a casa Jesús Marchamalo para entrevistarle sobre su biblioteca, y se topó con su gata. Lo relevante no es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Estallamos en una carcajada continua. Mejor que el mejón monólogo televisivo.
domingo, 7 de agosto de 2011
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