Medianoche del miércoles en el Patio de las Caballerizas Reales. Ese lugar tan especial y tan deshabitado. A nuestro lado, en una mesa, el teólogo Tamayo con sus ponentes. Y en este corrillo, los dos Raúles, de Albacete y Zaragoza, Miguel y Diego, de Oviedo. También del mismo curso. Tamayo se va a dormir, y nos quedamos solos. Cuánto daría mucha gente por estar aquí, lejos del mundanal ruido.
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