No sería justo omitir la excelente compañía de José Luis Pérez de Arteaga y Almudena de Maeztu en mi viaje desde Chamartín hasta Santander. La conversación brilló a tanta altura que el trayecto pasó volando. Les he dedicado la columna que he publicado hoy.
miércoles, 12 de agosto de 2009
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