Los rectores suelen ser muy buenos conversadores, excelentes contemporizadores. Si en julio era con el rector Berzosa de la Complutense, en El Escorial, con el que mantenía encuentros, y Miguel Herrero fue testigo de uno muy jugoso, en agosto es con el de la UIMP, el rector Ordóñez.
No estamos discutiendo. Sólo hablamos con vehemencia y entusiasmo sobre el reciente homenaje a Mario Gas.
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