Cuando llevas tres días sin ver el sol, pasa lo que pasa. Que sales del aula, te da de cara, y te ves obligado a achinar los ojitos porque no ves nada.
Aquí el patio de mi casa, por fin sobre cielo azul,
¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
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