Alberto se ha dejado el pelo largo. Pero sigue siendo Alberto. El de la calle San Marcos. El del templo Hare Krisnah. El de la mirada serena y el gesto pausado. el de las infusiones de colores que calientan el estómago y el espíritu a la caída de la tarde. El de Ávila. Alberto.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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