¿PERIODISMO CULTURAL?

Ayer fue Carlos Escolano quien vino al MUA. El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad. Estuvo casi tres horas visitándolo. Se cruzó con cuatro personas. Hoy soy yo quien hago guardia. Y no coincido con nadie. Entro en las cinco salas. Y no encuentro a una sola persona. Sala Sempere: nadie. Sala Altamira: nadie. Exposición de Nuevo Vídeo Español: nadie. En la expo de las holografías rusas, nadie. El campus bulle. Pero en la mayor superficie expositiva de la provincia de Alicante no hay nadie.
¿Pero cómo es que no están aquí los de ‘España directo’? Sería divertido que entrevistaran al de seguridad, que vigila las salas a través de los monitores: “¿Y usted no se aburre aquí en la garita?”, diría la reportera dicharachera. Y él: “Sí, pero compensa de otros turnos más movidos”. A lo mejor los de ‘España directo’ podían invitar a algún cocinero a explicar algunas recetas en el patio, enorme.
A todo esto, en las páginas de Cultura del diario de los 210.000 lectores según el control de OJD siguen hablando a cuatro columnas de Gabriel Miró y de Arniches. Como si nada.
¿Por qué me tengo que cabrear con esto? Buena señal. Será que no he perdido todavía la ilusión por cambiar algo. Y mientras me quede un gramo de vocación por el periodismo y otro poquito por la docencia, no perderé ocasión para sembrar, para lograr que los que vengan detrás lo hagan mejor que los de ahora.
Hago votos para que el periodismo cultural, hecho añicos, sobreviva.