Vuela hacia Bruselas a primera hora de la mañana. Comparto con él la última cena. En la única mesa habitada en todo el comedor. Con el embajador de Croacia en la UE.
Tim, el que practica king boxing, el hombre de los abdominales de acero, el modelo, el que habla siete lenguas, el Tim con el que Paco y yo cenamos el domingo pasado, me da el teléfono. Sólo el teléfono. Otra noche solo.
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