Acudo al concierto que ofrece Caja España en la Catedral con motivo del Día del Ahorro. Tiene guasa lo del día del ahorro, este otoño precisamente.
Las letras de las dos cantatas elegidas, la 12 y la 22, son tremendas. Sigo en el programa de mano la traducción al castellano y es tremendo. Dolor, dolor, más dolor. Tiemblo, sufro, gimo. Me siento abandonado. Por qué te olvidaste de mí. Aflicción. Mucha aflicción. Sólo tú me redimirás de ella.
Para colmo, las condiciones no acompañan. Las sillas de madera instaladas son terroríficas. Y el espacio no puede ser más lúgubre y oscuro.
Para compensar, convendría echarse a la boca un musical de Broadway.
domingo, 26 de octubre de 2008
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