Esta entrada es un guiño privado a quien yo me sé.
Mario Casas, el más deseado del Festival de Málaga, el Duque de la duodécima edición, aquel por el que las fans montan acampadas de catorce horas, gritan, gimen, se mueren de gusto; Mario Casas, el actor protagonista de 'Mentiras y gordas' y 'Fuga de cerebros', para vergüenza de propios y extraños, las dos más taquilleras de 2009 hasta que llegue Amenábar, y si no, al tiempo, también se sintió patito feo.
La belleza, siempre la belleza.
Y la autoestima, el amor, el desamor, el instinto, el deseo, la poesía, una canción, el dolor insoportable... La piedra angular de este blog, que todo lo demás es un pretexto, por si a estas alturas no ha quedado claro.
Tengo más de doscientas fotos de belleza pura captada este fin de semana pendientes de subir. Pero no cuento con conexión en la habitación. Y ni siquiera paso por la habitación salvo para dormir. Pero con efecto retroactivo, un día de éstos las cuelgo. Palabra.
Un Almario sin el Festival de Málaga sería algo imperdonable...
ResponderEliminarMario Casas, como odio a la gente guapa
Yo creo que el que esta colgado por él eres tu,perri.
ResponderEliminarCuánto te envidio, Antonio... Por eso te perdono que nos dejaras sin clase de cine el martes. Un abrazo
ResponderEliminar¡Como te haces de querer, Francesca!
ResponderEliminar