viernes, 30 de abril de 2010

RODRIGO SOROGOYEN


























Con ese porte, en lugar de dirigir, y va por su segundo largo, Rodrigo Sorogoyen podría quedarse al otro lado de la cámara, traspasándola como su fotogenia sabe.
Pero qué barbaridad. Y yo hasta con la coronita de santo encima de mi cabeza. Levitando.

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