miércoles, 15 de agosto de 2012

A CAL Y CANTO

Me dirán que estoy loco. O se lanzarán directamente sobre mi yugular. Pero en mi mundo ideal sin dinero, de pago en especies, de trueque, y de mucho voluntariado, en donde cada uno haría lo que le gustase, este centro de enseñanza no andaría cerrado a cal y canto cual fortaleza durante tantísimo tiempo. Porque no muerde. Y los docentes no habrían salido pitando de allí, como si apestase, y los discentes echando chispas, como si causase enfermedades contagiosas. En mi mundo ideal de voluntariado y voluntarismo un día las puertas y las ventanas estarían aireadas. Y cuatro o cinco volados como yo, con intereses comunes, a lo mejor, estábamos realizando actividades para otros cuatro o cinco almas gemelas. Quién sabe lo que depararán otros mundos. Lo cierto es que éste ya no vale. Ah, pero dentro de un par de semanas, a fichar otra vez, al a la fortaleza, muchos con cara de póquer.

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