miércoles, 15 de agosto de 2012

DE LORCA

Jaime es de Lorca. Y decir de Lorca es decir mucho. Demasiados recuerdos, y demasiado cariño. La rabia tras una noche en la que tembló la tierra, y en el recuerdo, quince meses después, junto a las heridas por todos conocidas, algunas otras: la tardía reacción de los medios a la hora de dar relevancia a la magnitud de la tragedia en las primeras horas (mi complejo de inferioridad del sur; ay si hubiese sucedido en el norge, otro gallo habría cantado); la grotesca equivocación de los medios internacionales al situar Lorca en el mapa de España a la altura de Bilbao; el apagón informativo del término inmigrante, que no se escuchó en las televisiones al menos hasta 24 horas después de sucedida la tragedia, cuando todos los que sabíamos del ADN sociológico de Lorca nos temíamos lo peor para no menos de 20.000 residentes de otras nacionalidades. Fuera desconocimiento o eufemismo por no querer llamar a las cosas por su nombre, durante esas 24 horas sentí verdaderos retortijones al sentirme tan desinformado. Sólo importaba la imagen del reportero de 'España directo'. Estaba pasando, lo estabas viendo. Jaime me remueve todo eso, y mucho más, en la comida de este 15 de agosto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario