Que viva José Luis Rebodinos. Que viva Donostia. Pero que no viva tan lejos. ¿Por qué en lugar de ser del 21 al 29 de septiembre el Festival de Cine no se celebrará del 21 al 29 de agosto? ¿Os imagináis qué gozada? Mataríamos varios pájaros de un tiro. Nos pondríamos por delante de la Mostra de Venecia. Con el peso de encima que eso supondría para la organización a la hora de elegir buenas pelis. A mí particularmente me harían feliz, al mutarme agosto por el mes más feliz e hiperactivo del calendario anual. Y de paso se evitarían toparse con la huelga general del 26 de septiembre, que menuda gracia va a tener, al colapsar las parrillas de la programación de esa jornada.
Pero en fin, eso es soñar. La cuestión es que acreditados estamos de la edición número 60. La vida continúa.
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