Cuando te encuentras a un Alejo Moreno en tu vida, sólo puedes exclamar un "coño, qué bien". Y acogerlo en tu seno. Y dejar que te enseñe. Y disfrutar.
Dios los cría, y ellos se juntan. Alejo y Jordi. Tal para cual.
¿Qué me quita y qué me da este blog? ¿Cuánto cuento y cuánto callo? La verdad es que cuanto más cuento, más me doy cuenta de lo tantísimo que callo. Y no es juego de palabras.
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