¿Por qué nos parecemos tanto Elenita y yo?
¿Cómo unos ojos pueden transmitir tanto?
¿De qué manera es posible sobrevivir con medianías cuando se es capaz de recibir tanto y dar tanto y compartir tanto?
¿Quién se puede resignar a vegetar sabiendo que la vida en estado puro estalla en la vuelta de la esquina, allá donde existe la soñada complicidad?
lunes, 2 de marzo de 2009
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