martes, 31 de marzo de 2009

MUCHO MARZO


Acaba el mejor marzo de mi vida.
Trabajando en lo que me gusta.
En 2008 la Semana Santa guillotinó las clases a mediados. Esta vez ha cundido hasta el final.
Marzo me ha regalado 5 lunes y 5 martes para guardar siempre. Por vivir lo que se ha producido en las aulas de la Universidad Miguel Hernández estas diez mañanas, o al menos algunos de los instantes que se han generado, merece la pena vivir. Y esperar.
Tanto es así que ahora, a las 12 de la noche del 31 de marzo, me siento en deuda con los alumnos, con esos alumnos que me han dado tanto. Los de 3º, los viejos conocidos, y los de 2º, con quienes partiendo de cero he logrado una precioso grado de comunicación. Nunca mejor dicho, puesto que de Comunicación Audiovisual va la cosa.
No me atrevo a dar nombres. No tanto por cuestiones de privacidad, sino porque son tantos, más de ciento cincuenta presenciales, y tantos los detalles que contabilizar, que habría omisiones muy injustas.
A estas horas no me queda más que agradecer, muchísimo, lo que me están dando. Y prometerles que intentaré seguir estando a la altura.

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