Cuando mi amigo Koldo sale al escenario del Teatro Victoria Eugenia, éste enmudece. Y yo, desde la primera fila, tiemblo.
Cómo es. Qué magnetismo. Ni Richard Gere. Koldo, en euskara, hipnotiza. Qué le va a hacer, si nació así, seductor.
sábado, 27 de septiembre de 2008
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