Toman cañas a las puertas del Victoria Eugenia como los colegas que se conocen tiempo ha. Y comparten los pintxos del sótano diseccionando cine y vida como almas gemelas.
Lo mejor de mi festival donostiarra son los encuentros con los amigos. Y la posibilidad de continuarlos en Madrid.
Nacho se ofrece a prepararnos una buena cena en su casa la semana que viene. Jorge y yo aceptamos encantados.
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