Cuando vi la lista de víctimas del Spanair, en tiempo real, a las 23.56 de la noche del 20 de agosto, y vi el nombre de Jorge Naranjo, me dio un vuelco al corazón. Nunca se sabe. Debía ser otro, pero teniendo en cuenta el carácter volatinero de mi Jorge, tan viajero, tan Peter Pan aun en la treintena, nunca se sabe. Le escribí un correo diciéndole que no quería que fuese él. Y aue la próxima vez que nos viésemos debíamos recuperar todo el tiempo perdido. A veces no somos conscientes de lo que tenemos, de la amistad naciente que tenemos, y dejamos escapar todas los beneficios que ésta nos puede reportar.
Jorge aparece esta mañana en el Kursaal. Por sorpresa. Aunque me iba buscando. Nos abrazamos justo antes de entrar a la rued de prensa de 'Tiro enla cabeza'. La madre de todas las ruedas de prensa.
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