A Andrés Santamaría, sus amigos le llaman Santa.
Cómo se le va a echar de menos por estas tierras.
Las relaciones humanas tienen sus reglas. Su química y su física. Los cuerpos que se atraen y los que se repelen. Y con Andrés, con Gabriel y con Carlos, Bogotá en vena, con cualquiera de los tres por separado y hasta con el trío convertido en pack, sucede eso tan bonito que anhelo. Me siento acogido, respetado, querido, integrado, comprendido.
No deseado, no, que a estos galanes les fascinan las mujeres. Pero sí como amigo cómplice al que tienen en cuenta.
El ecosistema de San Sebastián... Donde es posible compartir maldades y bondades y complicidades mil con Yury (47 años) y con Carlos Restrepo (21) con la misma intensidad.
Orland, por cierto, que se fue el martes, sabe mucho de eso. Y vive más.
Cómo se le va a echar de menos por estas tierras.
Las relaciones humanas tienen sus reglas. Su química y su física. Los cuerpos que se atraen y los que se repelen. Y con Andrés, con Gabriel y con Carlos, Bogotá en vena, con cualquiera de los tres por separado y hasta con el trío convertido en pack, sucede eso tan bonito que anhelo. Me siento acogido, respetado, querido, integrado, comprendido.
No deseado, no, que a estos galanes les fascinan las mujeres. Pero sí como amigo cómplice al que tienen en cuenta.
El ecosistema de San Sebastián... Donde es posible compartir maldades y bondades y complicidades mil con Yury (47 años) y con Carlos Restrepo (21) con la misma intensidad.
Orland, por cierto, que se fue el martes, sabe mucho de eso. Y vive más.
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