Con David Carrón me permito más licencias que con Trueba. Ambos tienen la cabeza igual de amueblada. Ambas miradas arrojan mucha luz. Pero Carrón es más como de la familia. Un amigo de total confianza con quien el martes podría ir a ver a la Fura en el María Guerrero.
viernes, 26 de septiembre de 2008
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