El año pasado, tal día como hoy y en este mismo lugar, tomé café con Oliver.
Veremos qué sorpresas me deparan estas semanas. De momento, estoy con Rodrigo, que es muy sereno y muy artista. Mis clases son de cinco a seis, por lo que puedo vivir dos jornadas en una. Primero la de las ruedas de prensa y las conferencias. Y después, tras la comida y el café, en el otro campus, las sesiones de terapia cinéfila.
Como diría uno que yo me sé. Mola...
jueves, 21 de agosto de 2008
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