Pues ya era hora. He comido con una pareja feliz. Feliz de verdad. Y es que esas cosas se notan. Se notaba en cómo se miran, cómo se tocan, cómo se rozan, como se sienten. A pesar del tiempo que llevan juntos.
José Guerrero (del taller de teatro) e Irene (Escribir a solas), granadinos, están enamorados. Y de relación saltan chispas contagiosas.
No está nada mal. A estas alturas, conocer a una pareja feliz, es todo un hallazgo.
viernes, 22 de agosto de 2008
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Al hilo de lo que comentas en tu columna periodística "Visto y oído" sobre la necesidad que tenemos todos de soñar, tu entrada "Felices" nos has emocionado :'-) y nos ha hecho SOÑAR en máyusculas. Un abrazo. Irene y Jose
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