No es el Lido. Es la Magdalena. Pienso en la Mostra. Me pasa casi todos los años llegadas estas fechas. Pienso que debería estar allí. Pero una botella de agua mineral en la barra del Hotel Lions, según cuentan los cronistas, cuesta 4 euros. Y eso es demasiado para mí. Aunque a lo mejor, con mi habilidad, lograba beber del agua de la vida sin que me costara nada. No sé.
Sea como fuere, me reservo para San Sebastián. Me reservo para iniciar el curso como he hecho desde el año 1993. Estaré allí del 17 al 27 de septiembre, encarando el otoño con ilusión. Esos diez días servirán también para cerrar este blog, este cuaderno de verano que, de un modo experimental y totalmente espontáneo, tanto está dando de sí.
Aunque hoy, de verdad, desde la Magdalena, pienso en Venecia.
jueves, 28 de agosto de 2008
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