En la medianoche del jueves llegó la borrasca. Y ya no ha parado de llover. Cambian los colores. Cambian los tonos. Y parece que ha obrado un cambio estacional.
A mí estos cambios estacionales súbitos me provocan sensaciones mil, la más intensa, relacionada con los esfínteres, con un apretón tremendo.
Algo hay de orgasmo en todo esto...
viernes, 22 de agosto de 2008
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