Si es que no son horas de salir en la foto. Luego salen las ojeras que salen. El desayuno en Palacio es tempranero. De 8 a 9. Después no entras. Pese a dormir en las residencias del centro de la ciudad, a más de dos kilómetros, los alumnos llega puntualmente a lo más alto de la península. ¿Qué excusa tengo para saltar de la cama yo que tengo el comedor allí mismo? Rodrigo y Paco, Paco y Rodrigo, me reciben con la sonrisa de oreja a oreja, y a mí me da que son ellos, y no el café, los que me devuelven a la vida.
miércoles, 20 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
la verdad es que el café ayuda, pero una sonrisa nunca viene de más, por la mañana al merendar y a la cena.
ResponderEliminar