Reencuentro con Luis Marín, de Sevilla.
Es curiosa mi relación con este hombre. Me adora. Sé que tiene algunos de mis libros en un lugar destacado de su estantería. Libros que consulta con mimo para escudriñar algún párrafo suelto y reflexionar sobre él. Y sin embargo, no me escribe emails. Tiene sus motivos. Me los explica con claridad. Le absorbo demasiada energía. Yo quiero más. Siempre quiero más. Cuando me contestó a mi primer correo yo enseguida le apostillé. "Es muy breve. Necesito más. Necesito más frecuencia".
Absorbo energía con la palabra. Absorbo energía con la mirada.
Luis y yo nos conocimos, hace justo un año, en un curso sobre la felicidad. Fue una semana feliz, valga la redundancia. Junto al de cine español, el único curso completo al que asistí.
Nos comunicamos mucho y bien desde el primer minuto. Nos contamos todo. Y como buenos cáncer, nos entendimos de maravilla. Esta semana continuaremos las charlas, aunque llegados a este punto poco se pueda añadir.
martes, 5 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario